Twitter: @javiermayorca
Sioly María Torres Zambrano es
la presa más antigua de la cárcel de Mérida. Fue detenida en abril de 2004 por
el homicidio de Jesús Antonio Guerrero López, un dirigente agrario ligado al
oficialismo.
En este caso, la discusión no
es si Torres mató o no a Guerrero. Efectivamente, la ingeniera hizo el disparo
que finalizó con la vida del hombre en la hacienda San Miguel, ubicada en Santa
Elena de Arenales, cuando era invadida por una turba en la que él participaba.
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Sioly Torres permanece en la càrcel de Mérida |
La finca pertenecía a Alejo Torres Vielma, papá de la rea. Este hombre fue noticia en 1998 cuando fue secuestrado y luego “vendido” al Ejército de
Liberación Nacional. Su hijo, y hermano de Sioly, Luis
Orfanelli Torres, negoció un intercambio con los guerrilleros para que él fuese
el rehén en vez del patriarca, que en ese momento tenía 79 años de edad. Una
vez en libertad, éste pudo buscar el dinero para pagar el rescate. Mientras
esto ocurría otros miembros de “organizaciones campesinas” auspiciadas por el
IAN (actual INTI) se apropiaron de una finca suya en Santa Bárbara del Zulia.
Sioly Torres, desde luego, no
es una de las consentidas del Gobierno. En eso se parece a la jueza María
Afiuni. Sólo que su calvario ha sido más prolongado. Con ella, dura lex. Para
ella, la justicia revolucionaria con su peor cara. Lejos, por ejemplo, de los
mimos dedicados a Rosita.
Cuando Torres mató a Guerrero
la finca era “custodiada” por agentes de la policía regional que más parecían
proteger a los propios invasores. Luego de disparar con la escopeta, la mujer
fue desarmada por los uniformados y quedó a merced de los acompañantes del
líder agrario, quienes le dieron una golpiza y casi la matan.
Para el momento en que la
presentan, el tribunal tuvo que constituirse en una clínica de El Vigía. Los
abogados pidieron la postergación del acto, pero la animosidad contra la mujer
era tal que en ese mismo momento ordenaron recluirla en el penal merideño. El
juez que lo hizo anteriormente había sido abogado de la Contraloría regional,
y no tenía los cinco años necesarios para ejercer como titular de un juzgado.
Obviamente, ante todos estos
problemas la finca dejó de producir y el Gobierno ejecutó
la expropiación.
Torres fue sentenciada a 16
años de prisión por homicidio intencional, porte ilícito de arma de fuego y
resistencia a la autoridad junto a otras cuatro personas que la acompañaban.
Este año cumplió formalmente la mitad de la pena. Pero en realidad lo que
cuenta es su penuria. Su padre murió por el efecto postraumático de aquel
secuestro. La finca que ocasionó su lucha es ahora propiedad comunal. En el
encierro, la mujer de 48 años de edad ha intentado quitarse la vida, lo último
que le queda.
Breves
*Una de las últimas decisiones
tomadas por el presidente Chávez antes de salir a Cuba para su nuevo
tratamiento oncológico fue traspasar la adscripción del Servicio Bolivariano de
Inteligencia (Sebin, antigua Disip) del Ministerio de Relaciones Interiores a la Vicepresidencia
Ejecutiva, con lo que formalmente se le confiere al “hombre
fuerte” del Gobierno Nicolás Maduro, y a su ala procubana, la toma de
decisiones relativas a este cuerpo armado. El Sebin venía de finalizar un
período de cuatro años de reestructuración.
*La pérdida de dos fusiles
AK-103 de la Guardia Nacional
en el puesto del Ministerio del Ambiente en Santa María del Orinoco, el 13 de
noviembre, desató una furiosa búsqueda en la que se ha documentado el ejercicio
de torturas a por lo menos tres de los diez imputados. Uno de ellos, empleado
del referido ministerio, fue violado con un palo de escoba y no puede caminar.
Permanece en una clínica de Puerto Ayacucho. La Fiscalía, muy diligente
para investigar casos como el de la muerte de Jorge Rodríguez padre, en esta
oportunidad ni siquiera se ha dado por enterada.
*Acaba de salir en las
librerías de EE UU y del Reino Unido el relato de un irlandés Paul Keeny, sobre
su estadía en una cárcel venezolana. La obra The Cocaine Diaries denuncia entre otras cosas que el autor fue
ultrajado por efectivos de la Guardia
Nacional adscritos al Destacamento 53 del aeropuerto de
Maiquetía, durante la noche inmediatamente posterior a su detención por el
tráfico de seis kilos de cocaína en 2008. También hace una detallada relación
de sus días en la prisión de Los Teques, hasta que obtuvo una medida cautelar y
huyó del país.
*El líder de la banda de
secuestradores más activa de Caracas, José Suárez, alias el Penco, fue detenido
en enero de 2011 junto a su “amigo”, el oficial de Polivargas Edgar Toledo,
sobrino del alcalde de ese municipio Alexis Toledo, buscado por desaparición
forzada de personas, abuso de autoridad y otras menudencias. Suárez tenía una
orden de captura por homicidio. Sin embargo quedó en libertad de manera
inexplicable para luego protagonizar más de 80 plagios en toda el Area
Metropolitana. Hasta que se enfrentó a una comisión de las policías municipales
de Sucre y Chacao. El tiroteo del lunes 10 de diciembre en el que lo mataron
dejó más de un millón de bolívares en pérdidas para todos los vecinos de Los
Palos Grandes. Su último botín.
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