*La impunidad y la crisis económica se conjugan para estimular la falsificación de marcas en Venezuela. Ni siquiera se salvan los medicamentos
@javiermayorca
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Beats falsos a la vuelta de la esquina |
Todos los días, a las 9 am,
un hombre en silla de ruedas motorizada se coloca en la esquina de las avenidas
Solano con calle El Recreo, justo frente al centro comercial. Sobre una lámina
de anime coloca un sinnúmero de audífonos de varias marcas. En la primera
hilera, destacan los famosos Beats.
Los dispositivos de la firma recientemente adquirida por Apple Co son vendidos en esta esquina caraqueña a
700 bolívares, equivalentes a aproximadamente 14 dólares en la tasa de cambio
Sicad II, la mitad al cambio de mercado libre. En cualquier tienda de Miami, el modelo ofrecido frente al Centro Comercial El Recreo costaría como mínimo 190 dólares.
El vendedor de unos 40 años
de edad me permitió probar el producto. Con alguna reticencia, conectó el
enchufe a un reproductor de discos compactos y colocó un “quemadito” con una
bachata irreconocible. Nada que permitiera apreciar la profundidad de los
sonidos, lo que es el atributo principal de los audífonos originales, considerados de "alta gama". Le pedí
entonces que cambiara la tonada, pero fue inútil.
Le pregunté luego de dónde venían.
El hombre, algo pasado de kilos, alzó la mirada lentamente y asintió cuando le dije que
parecían “chinos de Cali”.
-¿Qué garantía tienen?-
pregunté acto seguido.
-Después que Ud se los lleva,
no hay pataleo –fue toda su respuesta.
Esa fue la excusa perfecta
para devolver la mercancía. A cinco cuadras de allí, frente al centro comercial
Beco de Chacaíto, otro vendedor tenía los mismos audífonos al mismo precio.
Uno supone que las ventas de
productos falsificados tendrían un poco más de competencia. Pero en Venezuela
las leyes de oferta y demanda ni siquiera operan con los buhoneros.
En el país los comercios de
artículos con marcas falsificadas, o “piratas”, ya se han transformado en parte
sustancial del espacio público, tanto en las grandes ciudades como en las más modestas. Un ejemplo son las ventas de videos y discos
musicales. Ya prácticamente nadie los adquiere en el mercado legal o
convencional, donde los precios son hasta diez veces superiores. Entonces,
hasta los centros comerciales de mayor alcurnia en la capital tienen tiendas
que ofrecen copias de películas e incluso videojuegos en abierta violación a
los derechos de autor.
Las alcaldías y el gobierno
central se hacen de la vista gorda en cuanto a la persecución y el control a la
piratería de marcas. La impunidad ha propiciado el surgimiento de “zonas de
tolerancia” de estos comercios. Ya no se trata del vendedor solitario y
temeroso de toparse con algún policía quisquilloso. Por el contrario, en La Guairita así como
alrededor y adentro de la Ciudad
Universitaria el interesado encontrará enclaves de venta de copias ilegales de
cualquier obra de ingenio, a precios irrisorios.
La falsificación de marcas se
presenta ante el ciudadano como algo cotidiano y, si se quiere, inocente. Pero
en realidad es una lucrativa actividad de la delincuencia organizada. Así lo
advierte Interpol, que lleva un monitoreo mundial sobre esta materia.
Desde luego, el vendedor de
la esquina poco o nada sabe o entiende de las fortunas que se mueven con su
actividad. Son redes tan multitudinarias y extendidas que incluso son capaces
de colocar en un mercado una película o un libro antes de que sea formalmente
lanzado. Los traen literalmente del otro lado del mundo. Esta es una de las razones por las que Moisés Naím concluye que la batalla
contra la piratería de marcas está perdida de antemano.
No obstante, hay motivos para que los estados y las empresas privadas se esfuercen por poner un parado a
los falsificadores. En Venezuela han llegado a extremos muy peligrosos, pues
comercian imitaciones de una variada gama de medicamentos. Fuentes de la
industria farmacéutica indicaron que las áreas fronterizas con Colombia se
prestaban en principio para el tráfico de productos que tradicionalmente no
requieren de prescripción facultativa. Son analgésicos, antipiréticos e incluso
el Viagra y sus equivalentes en otras marcas. De allí pasaron a falsificar
antihipertensivos y últimamente se han encontrado reproducciones de remedios
oncológicos.
Los departamentos de
seguridad de las transnacionales farmacéuticas hacen esfuerzos por detectar y
promover las pesquisas junto a las brigadas antipiratería de la policía
judicial y la Guardia Nacional.
En mayo, por ejemplo, la denuncia procedente de una empresa con sede en
Colombia permitió la detención en el país de once personas y el
desmantelamiento parcial de un grupo que adulteraba remedios y los revendía a
conveniencia en uno y otro lado de la frontera.
Fuentes de la industria
advirtieron que se ha detectado un posicionamiento de los falsificadores de
medicinas en ciudades fronterizas como San Antonio del Táchira. Evidencias
halladas en las últimas investigaciones revelan que los paquetes y envoltorios
de las píldoras están siendo fabricados en locales clandestinos de esa ciudad
para luego “ensamblar” el producto allí mismo y también en inmuebles de los
estados Lara y Zulia. Las copias tienen una presentación cada vez más parecida
al original. Pero el ojo entrenado siempre es capaz de detectarlas.
En la Venezuela actual, donde
todo escasea, estos productos falsificados tienen fácil colocación. Sirven los
puestos informales del Mercado de las Pulgas de Maracaibo e igualmente pequeñas
redes de farmacias en manos de gente inescrupulosa. Los famosos "crímenes sin víctimas" en realidad victimizan a toda la sociedad.
Breves
*El 4 de septiembre fueron
publicadas en Gaceta Oficial las resoluciones del Ministerio de Relaciones
Exteriores que remueven de sus cargos al mayor general del Ejército Hugo
Carvajal Barrios y a Rodrigo Chávez, quienes hasta ese día se desempeñaron
respectivamente como cónsul designado para Aruba y embajador en Alemania.
Carvajal, como se recordará, fue el centro de un escándalo internacional a
propósito de una orden de captura emitida por Estados Unidos por
supuestos vínculos con el cartel del Norte del Valle. El domingo 14 de
septiembre corrió el rumor sobre la muerte del exjefe de Contrainteligencia
Militar en una habitación del hotel Tamanaco. Posteriormente desmentido por
fuentes policiales. Chávez Samudio, en cambio, fue el autor de una grabación en
la que se hacen graves señalamientos contra importantes actores del régimen
como el actual Canciller Rafael Ramírez y el presidente de la Asamblea Nacional,
Diosdado Cabello. Con el cambio de Ramírez desde Energía y Petróleo al MRE los
días del embajador en el cargo estaban contados.
*La consolidación de la banda
liderada por José Tovar Colina, alias Picure, en los estados centrales del país
solamente es explicable por la anuencia de factores del Estado, entre los
cuales desde luego cuentan elementos de los cuerpos de seguridad. Un indicio:
los participantes en el último “operativo sorpresa” para su captura hicieron
una conveniente parada en un restaurant de El Sombrero, donde jefes policiales
comieron y reunieron fuerzas para luego protagonizar un rastreo infructuoso. La
organización delictiva, mientras tanto, continúa creciendo gracias a la
extorsión a los hacendados. En septiembre el GAES procesó la denuncia sobre
sujetos que van a las fincas de Guárico en motocicletas para exigir el pago
de Bs 150.000 mensuales, a cambio de no atentar contra los dueños de esos
terrenos. Igualmente, se investiga la participación de miembros de esta banda
en el plagio de Vitalia López, esposa del alcalde de Barbacoas, estado Aragua,
Antonio Lugo.
*A propósito de las
extorsiones, la Guardia Nacional
abrió pesquisas sobre una ola de amenazas a comerciantes y residentes de los
sectores Buenos Aires, Mucujepe, El Vigía, Tucani y Nueva Bolivia del estado
Mérida. Voces masculinas llaman desde un celular Movilnet para exigir pagos que
van desde los 40.000 bolívares hasta 100.000 bolívares. De no cancelarlos, los
interlocutores serían víctimas de atentados o secuestros. Según la GN, las llamadas son hechas por
reos desde la colonia agrícola de El Dorado, en el estado Bolívar. Supuestamente
adquieren los datos de los avisos de ventas de vehículos divulgados en páginas
web como www.olx.com. Estos casos
generalmente quedan impunes. Una excepción ocurrió durante la primera quincena
de septiembre en Lara, donde la policía judicial apresó a una pareja que
colectaba el dinero extorsionado por un reo de Uribana, plenamente identificado
e imputado. La ausencia de una acción contundente del ministerio de Servicios
Penitenciarios le da a los reclusos la posibilidad de continuar delinquiendo.
En países centroamericanos, con menos recursos pero más voluntad política para
eliminar la impunidad que en Venezuela, el uso de teléfonos desde las
cárceles es regulado a través de bloqueadores de señal.
*UNICEF divulgó su primer
informe mundial sobre la violencia entre jóvenes. En el estudio fueron
comparadas las cifras de mortalidad de 190 países. Venezuela figura en el
segundo lugar en cuanto a la tasa de homicidios de varones con edades entre 15
años y 18 años. Al tomar en cuenta la cifra correspondiente a ambos sexos el
país queda en el tercer puesto de todo el planeta, solamente superado por El
Salvador y Guatemala. Países que están o estuvieron en conflictos bélicos como
Afganistán e Irak tienen tasas de homicidios
de menores de edad 60% inferiores en magnitud que la venezolana. Son muchas las
reflexiones que se pueden hacer al respecto. Una tiene que ver con la pérdida
del principal recurso nacional, que son las personas que apenas entran a la
edad económicamente productiva. Esta descapitalización del país ya fue
advertida en 2012 por voceros de Cecodap. Si a esto sumamos la acentuada
migración al exterior de las personas con mayor formación académica nos daremos
cuenta de lo difícil que resultará superar la actual situación económica y
política. Otro dato. Según el informe el costo promedio de por vida para las
personas de estas edades que sobrevivieron algún abuso es de $210.012. En el
caso de los homicidios, el costo para los deudos y la nación es de por lo menos
$1,3 millones por víctima.
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