Las sanciones del Departamento del Tesoro estadounidense
contra el vicepresidente ejecutivo Tareck El Aissami y el empresaro Samark
López, aunque son de carácter individual, tienen ingredientes políticos que
comprometen al Gobierno en Venezuela y en el exterior
@javiermayorca
El 13 de febrero el Departamento del Tesoro estadounidense
anunció la incorporación del vicepresidente ejecutivo Tareck El Aissami en la
lista de supuestos jefes de organizaciones criminales dedicadas al tráfico de
drogas.
Esta es definitivamente una decisión de alto calibre. Otros
funcionarios del régimen habían sido colocados en esta lista, por diversas
razones. Entre ellos están, por ejemplo, Freddy Bernal, coordinador nacional de
los Clap, y el actual gobernador de Trujillo y exministro de la Defensa general en jefe Henry Rangel Silva, ambos por
una supuesta cooperación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC).
Antes señalaron a ministros y funcionarios de jerarquía. Ahora,
a la segunda figura del Ejecutivo. Eso no había ocurrido en ningún país de las
américas.
Las sanciones del Tesoro no son el producto de
acusaciones judiciales. Por eso no están sometidas a los requisitos de la
justicia penal estadounidense. No requieren pruebas avaladas por un fiscal y
sometidas a la consideración de un gran jurado. Aún así son apelables. El Aissami
y López podrían solicitar visas especiales para ir a EEUU y exigir una
reconsideración..
La red de empresas según el Tesoro |
No creo que lo hagan. Posiblemente actuarán a través de
abogados, que suelen ser personas egresadas de las propias instituciones que
imponen las medidas, y cobran jugosos honorarios por ese conocimiento.
Hay además algunos detalles a tomar en cuenta. La medida
fue impuesta en forma simultánea contra El Aissami y López, puesto que según el
Tesoro el empresario actuaría como “hombre de fachada” del actual vicepresidente.
Entonces, en lo atinente a estas sanciones, ambos son vistos como una sola
entidad. En otras palabras, desde la lógica del Tesoro, a Samark López le
congelan sus cuentas, apartamentos y demás bienes en EEUU porque de esa forma
afectan los intereses de El Aissami.
El Aissami responde a las características de una persona
“políticamente expuesta”, o PEP. Por ende los bancos nacionales y extranjeros
están obligados a vigilar muy de cerca todos sus movimientos financieros, así
como los de quienes estén en su círculo íntimo, y los de las personas que se
relacionan con él desde el punto de vista económico. De lo contrario, estos
bancos correrán el riesgo de sanciones por omisión. Y ahora mucho más pues El
Aissami y López han sido mencionados en forma explícita.
En este sentido, está por verse cómo afectará esta
sanción del Tesoro el ejercicio de la atribución recientemente conferida a El
Aissami por el presidente Nicolás Maduro, en el sentido de “ aprobar, diferir o
negar los puntos de cuenta (…) para la solicitud de adquisición de divisas
relacionadas con operaciones del sector público ante el Banco Central de
Venezuela”. La pregunta en este caso es cómo reaccionarán los bancos que poseen
cuentas en divisas del estado venezolano cuando vean que las operaciones fueron
autorizadas con la firma de un funcionario que figura en la famosa lista
Clinton.
Está claro que esta decisión, así como la divulgación que
se dio de ella a través de los canales del Departamento de Estado, constituyen
un mensaje directo a El Aissami y, más allá, al régimen de Nicolás Maduro. EEUU,
ahora con el republicano Donald Trump a la cabeza, no sólo ha mantenido en
vigencia el famoso decreto de Obama, que declara “amenaza para la seguridad” de
ese país al régimen venezolano, sino que ahora parece profundizar en sus
argumentos. Cabe destacar que la decisión del Tesoro no invocó el tema de los
pasaportes vendidos a extremistas sino la supuesta relación con traficantes de
drogas. Pero no se puede descartar que en un futuro el punto del terrorismo
salga a relucir como sustento de una nueva sanción.
Breves
*Hay grupos de delincuencia organizada que están
intentando reinsertar en la economía el país los billetes que anteriormente
habían sacado, y que llegaron a acumular en pilas de hasta 30 toneladas, tal y
como se vio en el caso del comerciante paraguayo Leandro da Costa y su familia.
El 20 de febrero a las 7 pm, funcionarios de la Guardia Nacional
detuvieron al brasileño Ubiraja Moura de Oliveira, cuando se detectó que tenía
cinco millones de bolívares en efectivo guardados en sus dos maletas. El hombre
había salido desde Sao Paulo en un vuelo de Avianca que hizo escala en Lima. Esta
cantidad estaba conformada en su totalidad por billetes de cien bolívares. Fue
puesto a las órdenes del fiscal 12 del Ministerio Público en Vargas. Pero las
cosas no son tan sencillas como parece. El problema con esto es que semejante
cantidad no equivale ni siquiera a mil dólares americanos si hacemos la
conversión al cambio libre, y a la tasa Dicom tampoco rebasa una cantidad
equivalente a diez mil dólares. De haber sido más alta hubiese tenido la
obligación de declarar lo que llevaba. Por otro lado, el traslado de moneda no
es un delito. Incluso, de acuerdo con abogados que han estudiado el tema como
Fernando Fernández, el envío a otros países de papel moneda venezolano tampoco
infringe ninguna norma.
*El 16 de febrero, el Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada envió
una comunicación a las grandes unidades militares del centro y de los llanos
para recordar el “estricto cumplimiento” de una directiva emitida en 2015,
relacionada con las “Normas y procedimientos para el control y la seguridad del
armamento, las municiones, explosivos, el material de guerra y orden público,
almacenados en parques, almacenes (sic) y depósitos”. Según esta directiva,
todas las unidades castrenses deben tener al día 16 libros con informaciones
relativas a los distintos tipos de armas manipuladas en esas instalaciones, sus
usos, traslados e igualmente quiénes son las personas que los efectúan. Los
arsenales militares se han convertido en un botín codiciado por criminales de
todo tipo. El fin de semana pasado, cuatro fusiles AK103 fueron robados durante
el asalto a una unidad fronteriza de la Guardia Nacional
en Amazonas. Los primeros partes indicaron que los perpetradores pertenecían a
las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, aunque hay dudas al respecto. En
Vargas y Apure se han reportado deserciones de soldados que se llevan los
fusiles con el supuesto propósito de venderlos en el mercado negro. En Guárico,
han simulado hurtos.
*Hay en los cuerpos policiales la convicción de que las
bandas criminales han dado un paso más en el ejercicio de la violencia. “Ahora
van por las familias”, advirtió un funcionario de la Policía de Miranda. El
oficial hizo alusión al caso del agente de la Policía del Municipio
Sucre Carlos Martínez, quien murió el martes 20 de febrero al recibir cinco
disparos mientras estaba con su hermana y sobrinas en la Cota 905. Los antisociales
supuestamente habían advertido a la familia de Martínez que no admitirían su
permanencia en el barrio. Este crimen ocurrió una semana después de la muerte
de dos adolescentes, hijos de una oficial de la Policía del municipio
Zamora (Guatire), aunque en este caso no está claro si los asesinatos se
produjeron debido a la profesión de la mujer. Aún así, este se está
convirtiendo en un elemento adicional en la violencia venezolana.
*Extraño cruce de informaciones a propósito del episodio
sobre el atentado en Margarita contra Wilmer Brizuela, mejor conocido com
Wilmito, sentenciado por una cadena de delitos que van dede el robo de
blindados hasta el sicariato. A Brizuela se le atribuye haber ordenado en 2010
la muerte de la presidenta del circuito judicial de Bolívar, Mariela Casado. Pero
los ejecutores del contrato se equivocaron y mataron a la hermana Maria
Gabriela Casado. Por este caso el hombre fue condenado en agosto de 2012 a 16 años 20 días de
prisión. En diciembre de 2016 el ministerio para Servicio Penitenciario le otorgó
un beneficio denominado “confianza tutelada”, que no existía hasta la
implantación del Código Orgánico Penitenciario. Se establecen allí un conjunto
de requisitos para ser elegible, como haber sido condenado por un delito con
pena menor que ocho años de prisión. Además, este régimen debe aplicarse en
locales del mismo internado judicial donde se encuentra el penado. Para ese
momento, Brizuela estaba en Tocorón, estado Aragua. Pero la titular de Servicio
Penitenciario ordenó su traslado a un centro erigido donde anteriormente estaba
el retén La Planta,
en El Paraíso. El atentado en Margarita, entonces, puso en evidencia un
conjunto de irregularidades que nuevamente hacen pensar sobre la veracidad de
denuncias previas, como por ejemplo, las supuestas salidas intempestivas de
Johnny Bolívar, el homicida de Adriana Urquiola, y de otros presos de renombre.
*Luego del asedio al que fue sometido mientras daba una
misa en la iglesia San Pedro Claver del 23 de Enero, el 29 de enero a la 1 pm,
el párroco Angel Tortolero se vio obligado a salir del país. El religioso
participaba en el oficio dominical junto al obispo auxiliar de Caracas Jesús
González de Zárate, cuando el templo fue tomado por miembros de colectivos
armados que hacen vida en ese sector de la capital. Durante unos 40 minutos,
más de 300 personas que habían acudido a la misa fueron obligadas a escuchar
una sucesión de consignas contra la jerarquía eclesiástica y a favor del proceso
liderado por el presidente Nicolás Maduro. Algunos activistas opositores que
estaban entre la muchedumbre fueron reconocidos y amenazados. En los días
posteriores, debido a amenazas directas, Tortolero optó por viajar a Perú.
*El juicio sobre la quieba fraudulenta del Banco Peravia
en República Dominicana tuvo un giro esta semana cuando la Fiscalía de ese país
confirmó que las pesquisas se extenderían a un grupo de venezolanos que
supuestamente recibió cuantiosos préstamos en moneda extranjera. Según el
abogado César Amadeo Peralta, acusador privado en nombre de un conjunto de
víctimas, las autoridades dominicanas solicitaron a Interpol la emisión de
notificaciones rojas (órdenes de búsqueda y captura internacionales) contra un
conjunto de personas que supuestamente participó en el esquema fraudulento. Entre
ellos están los directivos de la entidad financiera José Luis Santoro, Gabriel
Arturo Jimérez Aray, Daniel Alejandro Morales Santoro, Cristina Martiradona de
Santoro, Luis Manuel Peña Melo, Maria Cristina Santoro Martiradona, Evelyn
Serret Aponte de Santana, Miriam Altagracia Serret Sugrañez, Luis Herrera
Valerio, José Carlos Bergantiños y Lorenzo Laviosa López. Además de ellos,
otros venezolanos y corporaciones manejadas por personas de esta nacionalidad
están bajo la lupa. Se indaga si formaban parte activa del esquema fraudulento.
Por ejemplo, una mujer de apellido Lauría, venezolana con pasaporte italiano, obtuvo
un empréstito por 7,5 millones de pesos dominicanos. Otra de apellido Toncetich
recibió 14,4 millones de la misma moneda. Un hombre Abello Cañas obtuvo 18,5
millones…En fin, la lista se extiende hasta 89 nombres. Cabe destacar que por
este caso permanece detenido y enjuiciado Omar Farías, llamado en Venezuela el
Zar de los Seguros, así como su hijo homónimo. Ambos gozan actualmente del
beneficio de casa por cárcel en ese país.
*El tema de la inseguridad fue tratado en el congreso
pemón celebrado entre el 12 y el 17 de febrero en la comunidad indígena
Waramasén, a 25
kilómetros de Santa Elena de Uairén. La nota publicada
en el órgano divulgativo de la fundación Mujeres del Agua indica que en
sectores de Ikabarú “los prames (…) están tomando el control de esas zonas de
donde sale el oro y diamantes, y están amenazando de muerte a las autoridades
del pueblo indígena pemón”. En ese congreso se acordó solicitar al Ejecutivo
“una limpieza de las bandas armadas que actúan en las zonas mineras de la Gran Sabana”, pues de
lo contrario la justicia sería impartida por miembros de estas mismas
comunidades. La nota divulgada el 24 de febrero advierte que desde agosto de
2016 han llegado a la zona de Ikabarú unas 1.600 personas para ejercer la
minería, lo que ha incrementado “las disputas por los yacimientos, los robos y
amedrentamientos contra los indígenas”. Se confirmó además la información
divulgada en la anterior entrega de este espacio, sobre el robo de 600 gramos de oro a
manos de una banda que se trasladó a Parkupí en helicóptero.
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