Las celdas del Servicio Bolivariano de
Inteligencia (Sebin) son el escenario de tratos crueles, torturas y corrupción.
Para estar recluido allí, no hace falta tener una orden de captura, y te pueden
dejar allí aún si los tribunales dicen que debes estar en la calle
@javiermayorca
La organización Una Ventana para la Libertad
presentó la semana pasada un informe con el resultado de una investigación
sobre la situación de derechos humanos en los calabozos del Servicio
Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), sedes del Helicoide y Plaza
Venezuela (La Tumba).
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Celda del Sebin Helicoide |
Fue el producto de un trabajo en equipo que se
prolongó durante casi tres meses, y en el cual tuve la oportunidad de participar
por invitación del director de la organización, Carlos Nieto Palma.
Una de las primeras conclusiones es que los
retenes de Plaza Venezuela, y sobre todo el de Helicoide fueron construidos en
medio de la más absoluta improvisación, y se manejan con un peligroso sentido
de discrecionalidad. Si a usted lo detiene la policía política, la decisión de
ser recluido en la estructura de Roca Tarpeya o en el edificio de Plaza
Venezuela (que iba a ser una sede del Metro) corresponderá exclusivamente al
actual director de ese cuerpo, mayor general (Ejército) Gustavo González López.
Pero no todos los que están en estas celdas
fueron detenidos como consecuencia de órdenes emitidas por algún juzgado de
control. Tampoco fueron detectados in
fraganti cuando cometían algún delito. Por las celdas del Sebin han pasado
extranjeros y venezolanos sin que eso conste en algún oficio judicial. A veces,
simplemente, por haber dicho o divulgado a través de las redes sociales algo
que molestó a algún jerarca oficialista.
De igual forma, en las celdas de la policía
política pueden estar personas cuyas libertades han sido decretadas por los
tribunales, y los funcionarios de la institución simplemente se niegan a
acatarlas. Durante la investigación se constató que al menos 16 personas
estaban en esta situación. Cuando este informe fue presentado, comenzaba en las
celdas de Helicoide una huelga de hambre por parte de 14 agentes de la Policía
de Chacao, recluidos allí a pesar de que los tribunales han ordenado liberarlos
desde finales de 2016.
El informe recoge testimonios sobre torturas
físicas en el Sebin Helicoide. Se pudieron identificar hasta seis patrones. El
modo más frecuente es la llamada “crucifixión” con esposas en una reja u objeto
fijo, que puede ser combinada con golpes. También la tortura blanca que implica permanecer en “aislamiento celular” en
una celda de 6 metros cuadrados en Plaza Venezuela, sin luz solar y con un foco
de luz artificial permanentemente encendido. Donde la única pista que tienen
los presos sobre el transcurrir de las horas es el ronroneo de los trenes del
Metro que pasan cerca de allí, y que cesa a las 11 pm.![]() |
En retenes del Sebin todo cuesta |
En el Sebin Helicoide hay 321 metros cuadrados
de espacio disponible para los detenidos, y según el informe a principios de
junio estaban 340 internos. La matemática es simple: menos de un metro cuadrado
por preso. El hacinamiento supera el 300%. Han estado mayores de edad mezclados
con menores; criminales violentos junto a detenidos por razones de conciencia;
procesados y condenados en la misma instalación. Pero además hay un tratamiento
diferenciado de forma sistemática, que privilegia a algunos reclusos debido a
la prominencia de sus casos o gracias a su capacidad económica.
Por ende, es un sistema de corrupción. En el
Sebin no se consigue nada, pero se puede comprar de todo. Por supuesto, si
tienes los medios para pagar. Incluso, desde tres horas hasta una
noche de placer en un baño conocido como el
conyugal.
En los calabozos del Sebin, los prames tienen chapa.
Breves
*El 14 de junio, una comisión de
Investigaciones Estratégicas del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin)
allanó sin orden una oficina de La Urbina y se llevó detenido a Antonio
Pimentel Rondón. El hombre de 31 años de edad era señalado por un supuesto
delito informático, que no era otra cosa que haber tuiteado cosas que preocuparon
a un poderoso diputado oficialista. Pimentel permaneció durante una semana en
el Helicoide. Los agentes incluso se llevaron su vehículo del edificio donde se
llevó a cabo el procedimiento. El jueves 22 de junio, fue liberado en la
avenida Baralt sin que lo hubiesen presentado en tribunales o notificado a
algún fiscal del Ministerio Público. No sabía Pimentel que lo estaban
“pichando”. Un par de minutos después, una comisión del Conas (GN) lo detuvo en
la propia vía. Al revisar su vehículo descubrieron escudos, cascos y bombas
lacrimógenas que no le pertenecían. Lo llevaron a la sede de la unidad militar
en Prados del Este y luego lo presentaron ante un juzgado militar, acusado de
rebelión, porte ilícito de armas y equipos de uso privativo de la FANB.
Actualmente, permanece detenido en el Centro para Procesados Militares de Ramo
Verde.
*En menos de un mes, las autoridades
estadounidenses, españolas y de otros países europeos en operación combinada
han confiscado más de 3,6 toneladas de cocaína que iban en dos embarcaciones de
bandera venezolana. En ambos casos, las naves zarparon desde muelles del estado
Falcón y supuestamente fueron en navegación de cabotaje por las costas del país
hasta llegar al Atlántico y tomar rumbo noreste. La primera embarcación fue
interceptada en aguas de Martinica, y la última a unas 800 millas de Gran
Canaria. Según la Guardia Civil española, ambos decomisos están ligados a una
misma organización que tiene ramificaciones en el estado Anzoátegui. En la
investigación sobre este caso en Venezuela participó el almirante Remigio Ceballo Ichazo, actual jefe del Comando Estratégico Operacional de la FANB,
quien antes de salir del comando de zona militar en Falcón notificó al titular
de Relaciones Interiores, mayor general Néstor Reverol, que la última de las
embarcaciones cargadas con droga, llamada Alí Primera, fue inspeccionada en
muelle por comisiones de la Guardia Nacional y de la Armada, las cuales
supuestamente no encontraron nada irregular. De allí deducen que el alijo de 1,2
toneladas de alcaloide fue embarcado siguiendo el procedimiento de la
“nodriza”, es decir, en pequeñas porciones llevadas desde tierra firme por
botes de menor calado.
*Las últimas designaciones del presidente
Maduro para reestructurar el Alto Mando Militar y todos los comandos de
regiones de la Fuerza Armada permiten sacar varias conclusiones. En primer
lugar, es cierto que el general en jefe Vladimir Padrino perdió poder, pues ya
no aglutina el liderazgo en lo administrativo y en lo operativo de la institución
castrense. Pero sigue siendo el oficial de más alto grado y el más antiguo. Por
lo tanto, es de esperarse que continuará siendo el vocero político de la FAN.
El almirante Remigio Ceballos, nuevo jefe del Ceofanb, pertenece a la promoción
de la Escuela Naval egresada en 1985, donde ocupó el séptimo puesto. En este
sentido, se puede decir que fue mejor estudiante que Padrino, quien llegó en el
18. Pero, tal y como veremos más adelante, aquí no se discute sobre parámetros
de excelencia sino de lealtad. En los cambios anunciados, los comandantes de
cada componente adquieren nuevo relieve, pues son oficiales más antiguos que
los jefes recién designados de las regiones militares. Otra vez, sus mayores
virtudes parecen ser la filiación política y no la excelencia. El mayor general
Suárez Chourio, por ejemplo, ocupó el puesto 30 de su promoción de la Academia
Militar. El almirante Eglis Herrera el 69. El mayor general Sergio Rivero, si
se quiere, fue el más destacado al ocupar el sexto lugar cuando se licenció.
Otro elemento a tomar en cuenta es que los oficiales que ocuparán las regiones
operativas egresaron de sus respectivas escuelas militares en 1987. Son, por lo
tanto, contemporáneos con el capitán Diosdado Cabello. Entre los del Ejército,
el mayor general Carlos Martínez Stapulionis (jefe de la región andina) fue el
estudiante más destacado, y llegó en el lugar 49. El de la Redi Capital, mayor
general Alexis Rodríguez, ocupó el puesto 87; el de la Redi Guayana Jesús
Mantilla Olivero el 113, y el de la Redi Occidental Elías Moreno el 173. Con
estos datos uno se puede figurar el efecto que tiene la política en una
institución que debería guiarse por la excelencia.
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Pérez tuvo mucho tiempo para huir |
*El 28 de junio, unidades de la Fuerza Armada
en todo el país fueron instruidas para adoptar medidas “para contrarrestar
contundentemente posibles intervenciones de vectores aéreos hostiles”. Tarde se
dieron cuenta de esta posibilidad, luego de los ataques desde un helicóptero
contra el Ministerio de Relaciones Interiores y el Tribunal Supremo de
Justicia, protagonizados por el inspector de la policía judicial Oscar Pérez.
Desde sectores de oposición se intentó descalificar o sembrar dudas en torno a
lo sucedido, sugiriendo que se trataba de una maniobra para distraer a la
colectividad con respecto a otro suceso muy grave, como fue la invasión de
espacios del Parlamento por colectivos y efectivos de la Guardia Nacional
encabezados por el coronel Bladimir Lugo (ya mencionado en esta columna en
abril). La acción del inspector Pérez debe ser interpretada como un mensaje
sobre lo que ocurrirá si el Ejecutivo insiste en la iniciativa constituyente,
como parece que hará. Hay que pensar solamente en lo que dejaron de hacer
funcionarios de la base aérea, Cicpc, Guardia Nacional, Aviación y Sebin para
que el comando pudiera sobrevolar el centro de Caracas casi con total impunidad
y luego llegar hasta Osma. Incluso, una vez abandonada la aeronave, el
funcionario contó con tiempo suficiente para ocultarse. Los partes indican que
la notificación sobre el paradero del Cicpc 2 fue transmitida por Protección
Civil Vargas a la Guardia Nacional el jueves al final de la tarde, y fue solo
el viernes a las 3:30 pm cuando se confirmó la recuperación. Por ende, Pérez
tuvo por lo menos veinte horas para salir del lugar y ocultarse. Hasta este
momento, las comisiones del Sebin y de la Guardia Nacional enviadas para
localizarlo no han tenido éxito. Esta actitud omisiva y complaciente hace
recordar la que tuvo la Fuerza Armada en 1993, cuando el teniente del Ejército
Raúl Alvarez Bracamonte salió de Fuerte Tiuna manejando una pick up cargada de
armamento. Alvarez gozaba de toda una estructura de apoyo, tanto civil como
militar, para lograr su cometido y ocultarse durante semanas, hasta que lo
detuvieron en un apartamento cercano a Puerto Azul.
*El Gobierno comenzó a aplicar en sus informes
internos el sistema de medición de la criminalidad por tasas, en combinación
con el método de puntos que diseñó hace tres años. Pero el sistema de tasas es
el que permite hacer comparaciones valederas no sólo entre las regiones del
país sino también entre países. La tasa es una proporción de casos por
conglomerado de población, que generalmente es de 100.000 habitantes. Uno de
los últimos reportes coloca las cosas en su verdadero lugar. Las jurisdicciones
con las tasas más altas de criminalidad general este año son Distrito Capital
(490 delitos por cada 100.000 habitantes), Vargas (480) y Miranda (408). Cuando
se coloca la lupa sobre las cifras de homicidios, las tasas más elevadas son
las de Amazonas (50), Aragua (45), Miranda (44), Bolívar (37) y Distrito
Capital (30). Estos números no toman en cuenta las muertes ocasionadas por
supuestos enfrentamientos con funcionarios policiales o militares, que fueron
los que realmente dispararon las cifras de violencia en Venezuela durante la
segunda mitad de 2016 y todo 2016. Por cierto, al revisar detenidamente los
criterios de formación de la estadística nos damos cuenta además que para el
Gobierno el Distrito Capital equivale al municipio Libertador. Con esta
maniobra, la criminalidad de Petare es colocada en el capítulo del estado
Miranda, y no como en la urbe capitalina, como se hizo durante mucho tiempo.
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